Hay tanto amor en nuestra fuente creadora que nunca pensó en un manual o una guía de instrucciones para que manejáramos nuestra vida. Por eso no venimos con un manual bajo el brazo.
Mejor que eso, nos hizo individuales, únicos y abundantes para que pudiéramos crear experiencias trascendentales.
Somos hijos del amor y nacimos para ser felices en un mundo dual, incierto y cambiante. Nacimos libres para crear nuestra experiencia particular en el mundo tal cual es.
Vinimos a experimentar una vida de aprendizaje con habilidades y destrezas adecuadas para procesar, comprender, trascender e integrar cada lección es esta escuela de la vida.
Los atascos en nuestra vida son parte del proceso y muchas veces podemos sentirnos bloqueados, atrapados, limitados para usar nuestras habilidades y destrezas. ¡No pasa nada!
¿Recuerdan la pestaña settings o funciones tan usada en nuestros equipos electrónicos para hacer ajustes, selecciones de seguridad, de configuración, etc. que hacen más segura nuestra información, la navegación, así como el equipo mismo y quien sabe que más?
Pues, nosotros también podemos acceder a nuestro propio sistema de ajustes para que nuestra navegación por la vida, sea de aprendizaje sereno y sostenible.
Podemos ir ahora a nuestro sistema de configuración de seguridad y activar de manera permanente la determinación para vivir solo en el momento presente, así como la observación consciente y sin juicio.
Este es el modo que nos permite fluir en medio de las dificultades, crecer y evolucionar.
Los manuales apenas sirven para aprender a operar máquinas. Y pocos son los que siguen las instrucciones del manual, porque aún frente a una máquina, es la intuición del ser humano la que hace que vaya más allá de su diseño.
Volvamos a la esencia, a nuestro poder, a nuestro origen creador y a nuestro eterno presente.