Eres un ser de amor y naciste para ser feliz. No necesitas hacer cosas especiales para merecer amor y felicidad.
Naciste feliz, pero tu amor te hizo seguir un patrón preestablecido de conductas para pertenecer a un clan, por eso no cuestionaste. Pero es tiempo de preguntarte cómo quieres vivir en realidad. El verdadero amor es consciente
Te desconectaste de la alegría cuando aprendiste a ocultar tus emociones para suprimir tu propia tristeza, y la de los demás, perdiendo tu autenticidad. La verdadera alegría es ser auténtico
Te olvidaste de la fidelidad cuando te dedicaste a complacer a otros olvidándote de ti mismo. Así apagaste la luz de tu amor por ti, desconectándote del poder de tu intuición. La verdadera fidelidad es a tu intuición.
Dejaste de ser pleno preocupándote del que dirán. Dedicándote a encajar en un molde social llegaste a un vacío que te impidió desarrollar una verdadera conexión con los demás. La verdadera plenitud esta en la relación contigo mismo.
Cuando algo o alguien te lastimó, perdiste tu confianza y comenzaste a construir barreras para protegerte, sin ser consciente de que éstas mismas barreras impiden que llegue a ti el amor verdadero. La verdadera confianza es abrir tu corazón sin miedo a ser lastimado.
Cada vez que cometes un error y te castigas con la culpa estás matando tu vida. El error es siempre una posibilidad de aprendizaje. Ama tu imperfección y arriésgate a experimentar nuevas posibilidades para que sigas creciendo y aprendiendo. El verdadero aprendizaje proviene siempre de un error.
La felicidad es un estado de tu Ser, si no la estás experimentando necesitas observar desde el amor consciente lo que está limitando su expresión.
Reencuéntrate con la felicidad que hay dentro de ti y vive para ser tú, luego podrás ayudar a otros a experimentar su propia felicidad.