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Sanar el pasado

Desaprender un camino para trascender

Vinimos a experimentar la vida para realizar un aprendizaje inherente a cada uno. Se trata de un ejercicio sumamente sencillo. Pero lo vamos olvidando y complicando en la medida que crecemos instruidos por las proyecciones de los adultos, lo que vemos y escuchamos en nuestro medio ambiente.

Gestionamos nuestra vida basados en un sistema de creencias que ha definido unas formas de pensamiento que  limitan nuestro aprendizaje en esta vida. Desaprender es un camino para trascender estas creencias.

No importa la situación por el que estés pasando, tienes la opción de juzgarlo y victimizarte. Culpar a otros siempre es más fácil, pero ni te libera, ni promueve el cambio.

Otra posibilidad es que te despojes de la necesidad de reacción inmediata y la tendencia a justificarte y te dispongas a observar sin juicio dicha situación.

Esta opción te permitirá ver de qué manera has participado en su creación y recordar que en tu propia mente está latente la posibilidad de transformar esa experiencia en aprendizaje.

O, mejor dicho en experiencia de des-aprendizaje.

Hay mucho en tu equipaje que no corresponde a tu viaje. Un sinfín de información que limita tu progreso y es necesario liberar, desaprender.

Llenar tu mente de ideas innecesarias fue un largo y doloroso proceso repeticiones, frustraciones y resistencias.

Des-aprender es una experiencia de liberación, de sanación mental y emocional y un camino para trascender e integrar a tu vida ese aprendizaje concreto que como alma viniste a ganar en esta tierra.

¿Cuántas veces necesitaste de una ayuda extra de tu maestro o de un compañero para pasar a la siguiente lección?

Es igual en esta gran escuela de la vida.

No pierdas tu curso en la escuela de la vida ya has repetido muchas lecciones. No fuerces a la conciencia universal a que te los siga repitiendo, porque lo hará hasta que aprendas.

¡¡Busca ayuda!!

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Sanar el pasado

Heredamos experiencias emocionales

La epigenética dice que experiencias, emociones, pensamientos y creencias conforman la expresión de nuestros genes.

La vida de nuestros ancestros y sus experiencias emocionales, sus creencias tienen la capacidad de afectarnos directamente. Esta información epigenética tiene el poder de vincular nuestro pasado y nuestro presente presente de una manera inimaginable anteriormente.

Los estudios actuales revelan que la información genética es estable e imborrable, mientras que la información epigenética o por encima del gen donde se graban las experiencias emocionales, es inestable y se puede revertir al equilibrio, es decir se puede modificar.

Esto quiere decir que repetir experiencias dolorosas que vivieron nuestros padres o abuelos, no representa un destino, mucho menos un castigo, sino la posibilidad de revertirlas, sanarlas, modificarlas.

Para reescribir una nueva información que genere cambios sostenibles, necesitamos desarrollar de la capacidad de observar y gestionar nuestros pensamientos, sentimientos y emociones.

Gestionar no es liberarse de ellos, es hacernos conscientes de que están ahí, darles su justo valor y movernos al cambio, desde el amor consciente, sin juicios, sin miedo y sin culpa.

Gestionar es comprender que todos hemos sido programados, pero que eso no nos condena. Tenemos la capacidad de re-calcular la información para viajar libres de equipaje por la vida.

Si cambiamos el ambiente emocional podremos reescribir nuestra vida.  Nathalie Zammatteo

Nuestros comportamientos pueden reeducarse. Nuestro cerebro se puede re-cablear y nuestras etiquetas epigenéticas se pueden invertir. Algunas trampas del pasado pueden desactivarse para mayor beneficio de nuestra salud y bienestar emocional en general.

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Amor consciente Sanar el pasado

Un acto de amor consciente

Curar las heridas de la infancia es un acto de amor consciente. Nos permite comprender los posicionamientos rígidos y encontrar nuevas formas de resolver nuestros conflictos interpersonales.

Todos llevamos en nuestro interior heridas de la infancia que inevitablemente se van a manifestar en nuestras relaciones.

Esto es un llamado de ese niño que se quedó suspendido en el tiempo en espera de curarlas.

Muchos conflictos en nuestras relaciones están relacionados con las heridas de la infancia que alteraron la valoración, el amor por nosotros mismos y la confianza en los demás.

Atender los llamados del niño interior tiene un papel fundamental en la recuperación del compromiso con la madurez, la disciplina y la autovaloración.

Comienza a atender tu niño herido, enfocando tu observación consciente en aquello que si puedes cambiar para mejorar tu vida y toma acciones asertivas.

Entrenando tu mente y pensamientos a alejarte del victimismo.

Re-visitando tu infancia para abrazar tu niño herido y comprenderlo desde una nueva perspectiva.

Observando conscientemente aquellas experiencias relacionadas con el reconocimiento o la desaprobación, en el ámbito del afecto o carencias afectivas.

Dándole a ese niño tu amor maduro para que se sienta seguro y confortado.

Dice Marianne Williamson que “en una relación sagrada se entiende que todos estamos heridos, pero que estamos allí para sanar” No te esfuerces por mejorar tu relación con tu pareja, enfócate en sanar tu relación con tu historia de vida y tus heridas.

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Sanar el pasado

Enciende tu luz y danza con tu sombra

Sal de victimilandia y entra en el reino de la responsabilidad. Vístete de luces y danza con tu sombra, para que aquello que negaste deje de doler.

Gestiona el conflicto, pausando la acción y respirando profundo para restarle poder a la situación. Es una forma de disminuir la necesidad de reacción automática, justificación y defensa.

Dejar que las sensaciones producidas por los pensamientos, sentimientos y emociones frente al estrés del conflicto, afloren y se expresen en tu cuerpo. Esto ayuda a que las hormonas segregadas para la resolución, sean eliminadas en menos tiempo.

Date cuenta que tanto tu malestar, como tu bienestar están dentro de tu propia mente. Por lo tanto, observa conscientemente los pensamientos y el dialogo que mantienes contigo mismo. Son paquetes de información que estás lanzando o proyectando y se convierten en lo que percibes como tu realidad.

Las situaciones y personas conflictivas que atraes están respondiendo a esa proyección. Estas se repetirán tantas veces como lo necesites hasta que enciendas tu luz y dances con tu sombra, para que abraces el conflicto que hay en ti.

Todo aquello que no hemos expresado o rechazado de nosotros mismos, va un lugar en el inconsciente que llamamos sombra, pero no se queda allí para siempre. Como dijo Freud “Las emociones reprimidas nunca mueren. Están enterradas vivas y saldrán a la luz de la peor manera”

Poder ver que, aquello que nos causa conflicto está relacionado con lo que rechazamos de nosotros mismos, es un verdadero acto de alquimia emocional. Disuelve las cadenas que te esclavizan al miedo y a la culpa y asumes el valor de la responsabilidad.

Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad… lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino. – Carl G. Jung

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Sanar el pasado

Deja de buscar afuera

Nos conducimos por la vida de prisa, de afán, bajo premisas como tengo que o debo de, que lejos de llevarnos a la realización, nos mantienen en la incoherencia haciendo muchas veces lo que no
deseamos. El cambio que deseamos comienza cuando dejamos de buscar afuera.

Nos acostumbramos tanto a estos modelos que nos cuesta imaginar una posibilidad diferente de experimentar nuestra propia vida. Y no lo hacemos porque literalmente vivimos bajo la hipnosis de un montón
de creencias limitantes, que nos condicionan a vivir en ambientes tóxicos o insatisfactorios, pero conocidos, que se convierten en nuestra zona de confort. Llámese familia, trabajo, o pareja, etc.

La mal llamada zona de confort es el lugar donde la mente, que cree que lo controla todo, está cómoda. Esta comodidad no tiene nada que ver con el bienestar tal como lo concebimos, sino con la seguridad
de conocer la dinámica, la rutina de cualquiera que sea nuestro entorno de vida.

Esto es lo que hace que optamos más, fácilmente por lo conocido aunque no sea tan bueno que por lo desconocido y terminamos viviendo relaciones que no deseamos.

Pero, ¿cómo dar ese paso a lo desconocido y lograr establecer el cambio permanente que deseo para mi vida?

Gracias a la neuro-ciencia, sabemos de la plasticidad neuronal, capacidad que nos permite realizar procesos de transformación muy rápidos partiendo de pequeños cambios en nuestra forma de pensar, sentir y sobre todo de la gestión adecuada de nuestras emociones.

Si ya estás harto de estar harto, deja de buscar afuera, ve a ti. Todo que necesitas para cambiar tu vida está en tu interior.

Ir a ti, implica conocer y gestionar tu mundo emocional, re-significar tu historia de vida, recuperar herramientas y valores guardados en tu inconsciente, conocer tu programación, sanar tu pasado y mucho mas.

Es una experiencia de vida en la que querrás tener el acompañamiento de un profesional de la ayuda.

¡Todo comienza en ti, toma acción que sin acción no hay cambio!

María Helena Bridgman